HIDALGUÍA CERVANTINA, por Ariel Corbat.
HIDALGUÍA CERVANTINA
Cayó, como un extraño atardecer del sol,
bajo el cielo oscurecido por olvidos
de una vida con mil promesas incumplidas.
Su corazón curtido, viéndose perdido,
buscó la última pelea decidido
a irse tal cual y como había vivido.
Siempre aquel valiente, Quijote soñador,
caballero fiel honrando al puro amor
cargó contra este mundo, que sin honor
alzó, demasiados, molinos despiadados.
Gritó salvaje, cargando lanza en mano.
Sonrió cuando aquellas aspas desgarradas
le golpearon viéndolas deshilachadas.
Herido, cantó victoria enardecido,
porque gigantes no lo habían vencido.
bajo el cielo oscurecido por olvidos
de una vida con mil promesas incumplidas.
Su corazón curtido, viéndose perdido,
buscó la última pelea decidido
a irse tal cual y como había vivido.
Siempre aquel valiente, Quijote soñador,
caballero fiel honrando al puro amor
cargó contra este mundo, que sin honor
alzó, demasiados, molinos despiadados.
Gritó salvaje, cargando lanza en mano.
Sonrió cuando aquellas aspas desgarradas
le golpearon viéndolas deshilachadas.
Herido, cantó victoria enardecido,
porque gigantes no lo habían vencido.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Comentarios
Publicar un comentario